¿Internet 1, Escuela 0?
¿Internet 1, escuela 0?
Este interrogante me invita a pensar en ¿cómo podemos lograr que la escuela abra las puertas a las experiencias digitales que los estudiantes desarrollan por fuera de la escuela? La pregunta que sugiere el título se me plantea como una competencia entre internet o el mundo digital y la escuela, como dos espacios sociales y culturales que están en lucha o en tensión constantemente. Sin embargo, estos espacios deben conciliarse en pos de crear situaciones educativas significativas para nuestros estudiantes.
Por lo tanto, la coyuntura actual que atraviesa el sistema educativo nos posibilita reflexionar en ¿cómo logramos conciliar esos dos espacios sociales de tal forma que se alimenten mutuamente?. De esto se desprende varios interrogantes de ¿cómo sería la incorporación de los medios digitales en una situación de enseñanza? Y al mismo tiempo, ¿cómo los incorporamos en una situación educativa atendiendo el contexto educativo? Sabemos que cuando planificamos una situación educativa la pensamos de manera situada y contextualizada. El contexto educativo es fundamental para pensar la situación de enseñanza como así también pensar en los estudiantes, es decir a quienes está destinado la enseñanza. A partir de ellos se desprende la pregunta de ¿qué y cómo queremos enseñarles una disciplina curricular mediada por tic? Entonces pensamos en qué tipo de enseñanza y aprendizaje queremos desarrollar que promueva el uso de los medios tecnológicos. Al mismo tiempo debemos tener en cuenta las posibilidades que tienen los estudiantes para acceder a los medios tecnológicos.
Cada una de estas preguntas y otras, seguramente fueron las que se hicieron muchos docentes en estos tiempos de pandemia. La pandemia permitió que re-pensemos nuestras prácticas educativas, que le otorguemos otro sentido, otro “para qué” y re-significar la escuela como ese espacio de encuentros y promoción de situaciones educativas distintas a las que estamos construyendo actualmente con nuestros estudiantes. Al mismo tiempo, la escuela debe tener una participación en la democratización del acceso a la tecnología, compensando las desigualdades que subsisten actualmente en la sociedad. Pero también creo que la escuela podría y debería proveer perspectivas críticas sobre la tecnología como oportunidades creativas de usarla.
También, esta coyuntura excepcional resignifica el concepto de alfabetización. Estamos desde nuestras prácticas promoviendo una alfabetización digital que convive y se enriquece con la alfabetización convencional de la lectura- escritura en soporte papel. Desde este sentido, me interrogo, ¿cómo promovemos una alfabetización digital en nuestros estudiantes? ¿cómo son los conocimientos digitales que tienen los alumnos?. Para ello, debemos conocer a nuestros estudiantes y así planificar una situación educativa significativa, valiosa para el presente y futuro; y que despierte su deseo de aprender y que el aprender sea placentero. Hay que re- significar el sentido de aprender en un nuevo contexto.
También se nos presenta una realidad en la que sabemos que no todos los estudiantes acceden de la misma manera a los usos y a las posibilidades de los medios digitales, es decir hay una brecha digital que nos condiciona en el momento de pensar la situación educativa. Cada estudiante hace un uso particular de las tecnologías, mayormente las utilizan para comunicarse entre amigos y familiares; como medio para sacar y subir fotos, escuchar música y jugar. También realizan posteo, participan en foros o insertan comentarios en portales digitales, experimentando la narración digital. Esto permite darnos cuenta de que nuestros estudiantes desarrollan diversas experiencias digitales, la cuales son importantes incorporarlas a la escuela y que enriquecería a la cultura escolar. Pero aún “ lo que hacen los chicos en la red es ciertamente novedoso y particular, además de tremendamente dinámico. Pero estos chicos continúan teniendo déficits de comprensión y dificultades para generar comportamientos más estratégicos en la lectura digital, que es muy diferente de la de papel“ (Williams & Rowlands, 2007; Martí, 2008). Por esto se necesita de una “alfabetización digital que no se trata sólo de la lectura crítica de los nuevos medios: también se trata de escribir en los nuevos medios. Pienso, ciertamente, que algunas de las posibilidades más positivas y excitantes de estas tecnologías tienen que ver con la manera en que los jóvenes puedan usarlas para producir y distribuir sus propios medios. En última instancia, no creo que la computadora “hará volar en pedazos” la escuela, sino que creo que podría contribuir a una reconsideración o re-imaginación más amplia sobre de qué podría tratarse la educación escolar” (D.Buckingham, pg.2, 2006).
Incorporar sus experiencias permitiría que los alumnos puedan sentir que lo que aprenden en la escuela tiene sentido para ellos, por lo tanto hay que construir espacios educativos que les permita a los alumnos acercar sus conocimientos, sus inquietudes y sus curiosidades que tienen sobre el mundo digital al mundo escolar.
Para finalizar sostengo que este momento particular es una posibilidad pedagógica que se nos abre para planificar situaciones educativas mediadas por tic pensando desde nuestros estudiantes. Lo cual nos invita a reflexionar en ¿Cómo logramos que los alumnos construyan conocimientos de manera colectiva? Para ello, entonces emprendemos nuestra tarea docente de pensar los contenidos curriculares que interpelen su realidad, planificamos las estrategias metodológicas adecuadas, buscamos los recursos digitales que brinden posibilidades educativas y decidimos cómo evaluar y qué evaluar. Así buscando que los alumnos desarrollen una experiencia distinta y un contacto diferente a su uso cotidiano que tienen de los medios digitales. De esta manera, estaríamos promoviendo situaciones educativas mediadas por tic que se caractericen por ser significativas, colaborativas, críticas, lúdicas, creativas y placenteras. De esta forma, la escuela dejaría de estar en tensión con el mundo digital y así permitir que las prácticas digitales y las prácticas letradas, el mundo digital y el mundo letrado, convivan y se enriquezcan mutuamente en pos de promover una alfabetización múltiple, es decir, que los estudiantes tengan experiencias educativas en nuevas formas de aprender, en nuevas formas de leer, de escribir y en nuevos lenguajes. Entre todos debemos seguir pensando en una nueva manera de ser y de estar en la institución escolar con mediaciones digitales.
- Buckingham, David (2010) que nos plantea una Educación para los Medios
- Burbules, Nicholas C. y Callister, Thomas A. (2001) Educación: riesgos y promesas de las nuevas tecnologías de la información. (Para algunos serán viejos conocidos!) El cap. 4. Lectura crítica en Internet.
- Casablancas, Silvina (2014) Enseñar con tecnologías. Transitar las TIC hasta alcanzar las TAC. Colección didáctica “Caminos de tiza” Buenos Aires: Estación Mandioca
- Cassany, Daniel y Hernández, Denise (2012) se preguntan: ¿Internet 1, Escuela 0?
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